En las mejores condiciones las heces humanas tardarán más de un año en desaparecer, algo más el papel y no hablemos de toallas higiénicas, tampones o pañales. El efecto visual y aromático evidentemente resulta muy desagradable, pero las consecuencias sanitarias y ambientales son las especialmente preocupantes.
Infección por Giardia
La giardiasis es una enfermedad relativamente nueva que puede contraerse al beber agua infectada por depósitos fecales. Sus síntomas –diarreas, vómitos, dolores abdominales…– se padecen de 7 a 20 días y, aunque no resulta mortal en adultos sanos, puede incluso volverse una enfermedad crónica. Los que la padecen (en ocasiones sin síntomas) son transmisores. Cuando las heces llegan al agua, comienza el peligro de propagación e infección. El protozoo puede sobrevivir en el agua durante meses, sobre todo en aguas frías, y su proliferación dependerá de la estación del año y de la región.
¿Por qué hay que enterrar la caca?
Al enterrar las heces se acelera la descomposición y se evita la contaminación de acuíferos. Cuando hacemos un agujero y enterramos la caca, evitamos que los organismos causantes de enfermedades se propaguen (por ejemplo al pisar involuntariamente, al rebozarse algún animal en ella o mediante los insectos), y que acabe en aguas torrenciales y de allí en ríos, lagunas, lagos, embalses, etc.
Lo más eficaz para su degradación será enterrarlas a unos 20 cm del suelo, revolverla con un palo y mezclarlo con tierra, así acelerarás el proceso de descomposición.
Puedes colocar rocas sobre donde enterraste tus heces en forma de pirámide, para señalar a otros montañistas o senderistas que tú ya usaste ese espacio y no se encuentre con sorpresas.
También es muy importante no defecar en lechos secos, ni en zonas inundables ni cerca de cursos de agua (por lo menos a 80 metros), y mejor cavar en terrenos secos. En climas con temperaturas bajo cero permanentemente, debido a la inexistencia de actividad bacteriana, directamente la recomendación es llevarse la caca de allí.
Por supuesto, el papel higiénico hay que llevárselo para tirarlo en la basura. No lo entierres ni tampoco lo quemes; se han producido incendios por hacer esto, un ejemplo: el fuego que arrasó 13.000 hectáreas en las Torres del Paine fue provocado por un excursionista que quemó su papel. Llévatelo contigo en una bolsa y tíralo cuando encuentres un contenedor.
La orina, salvo problemas de olor, no parece que cause tantos problemas como las heces. Aunque, si todos elegimos el mismo sitio, podríamos provocar alteraciones químicas en el terreno.
Las herramientas del cagador
Si no lo haces ya, debes añadir en tu mochila una nueva herramienta: una pala pequeña para cavar. Existen unas palas plegables en acero inox que miden poco más de 20 centímetros y no pesan más de 200 gramos, además suelen venderse con una funda de nylon. Puedes encontrarlas por algo menos de $15.000 CLP en Chile (~25 USD).
Añade unas cuantas bolsas con cierre hermético, para guardar el papel y otros residuos. ¡Que no se te olviden!